El rugby argentino no quedó exento de la crisis deportiva, sanitaria ni económica producto de la pandemia del coronavirus. Desde principios de marzo que las autoridades decidieron frenar las actividades, de hecho el campeonato no había comenzado.

Ante la incertidumbre de los primeros días, desde la UAR comenzaron a trabajar para ayudar a los clubes. “Nos propusimos ayudar a los clubes para que esto impacte lo menos posible: armamos un comité de crisis que se puso en contacto con cada uno de los clubes. Este comité lo que hizo fue estar más cerca de ellos”, remarcó Marotta.

“Decidimos enviar una carta a la UAR con 6 puntos para que la mande al Ministerio de Deportes, solicitando que los clubes puedan tener créditos a tasa cero, el certificado Pyme para poder gestionar créditos bancarios. La UAR gracias a Dios terminó presentando una carta en representación de las 25 uniones”, apuntó el presidente.

La situación es complicado, los propios directivos lo aceptan pero no bajan los brazos: "Nosotros lo que estamos haciendo desde la URBA, junto con la UAR, es que esta situación impacte lo menos posible: hoy estamos analizando distintos presupuestos para cuando comience la actividad, como por ejemplo barbijos, termómetros, alcohol en gel y guantes para poder aportar y darle a los clubes en su momento todo este apoyo y lo que sea necesario para comenzar la actividad. Es increíble la solidaridad que están mostrando los clubes en este momento, desde los jugadores que hicieron la campaña quédate en casa, o los bancos de alimentos que arman. Un club también donó la plata de la gira que iba a hacer a un hospital”.

En cuanto al protocolo, desde un principio que la URBA está planeando uno, fuera de lo que presentaron la World Rugby y la UAR. Uno más enfocado en la actualidad del rugby argentino.

“Dentro de unos días nuestra idea es pedirle a los municipios que puedan autorizar a los clubes a que la gente vaya a caminar o hacer una actividad de esparcimiento siguiendo un protocolo entendiendo que por ahí es más seguro que la gente que vaya al club siguiendo un protocolo y una hora, que yendo a una plaza que es más difícil controlarla. Es algo que está pasando en los clubes del interior. En Córdoba ya tienen permitido esto que es la segunda etapa y después va a venir la tercera, que si esto se sigue flexibilizando es que se pueda llegar a entrenar, por ahí de una forma distinta. Pero eso es lo que más nos preocupa hoy”, aseguró.

El campeonato, adaptándose a la situación, va a ser distinto. El plan es que no hayan ascensos ni descensos pero sí un campeón.

“Es un año muy muy difícil y más complicado porque al no haber actividad, también los sponsors por más que uno tenga cerrado el contrato al no haber actividad no se puede cobrar esos fondos que se acordaron después hubo que tomar muchas medidas internas para bajar costos”, apuntó acerca de los ingresos económicos.