En el fútbol suele haber batacazos y sorpresas, no es del todo normal, pero las hay. Casi siempre son los poderosos los que triunfan y figuran en los primeros planos, pero se pueden enumerar varias excepciones.

En este caso, hay una historia muy particular que incluye a la Selección de Islas Feroe, un archipiélago del Atlántico Norte, entre Noruega e Islandia con un aproximado de 50 mil habitantes. Allí, el fútbol es semiprofesional con jugadores que tienen que intercalar los entrenamientos con otros trabajos para poder ganar más dinero.

Su equipo nacional está por hacer historia en Europa, si es que consigue por primera vez el ascenso en la UEFA Nations League. Sus rendimientos en el certamen vienen siendo muy altos, con un invicto de 4 partidos oficiales consecutivos. Lo curioso es que dentro del plantel hay futbolistas que además ejercen otras actividades como portero, carpintero, electricista, astillero, entre otros.

Algunos de los ejemplos más resonantes son los de Klaemint Olsen, máximo goleador en la historia de la liga local con 207 tantos, es conserje en un colegio y también trabajó 12 años como carpintero. El volante Joannes Bjartalid se gana la vida trabajando en un jardín de infantes, Solvi Vatnhamar como carpintero en una empresa constructora, Jakup Biskopsto Andreasen de electricista y Odmar Faero como astillero en el puerto más importante del país.

Cuando los futbolistas de elite aprovechan su tiempo libre para descansar, viajar o compartir con la familia, en el norte de Europa hay un grupo de jugadores que se sacan los botines y continúan su vida laboral. Historias de superación si las hay, y la Selección de Islas Feroe quiere aparecer en ellas.

Fuente: Clarín

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