Tal fue su amor por los autos y la velocidad que durante las oportunidades en las que su vida se lo permitió, Diego se subía a un auto de carreras. Una de las veces que lo hizo fue en la provincia de Córdoba, donde se dio el gusto de convertirse en el copiloto de Gabriel Raies.
Esto sucedió en la previa a una fecha del Rally Mundial. Maradona se sentó en la butaca del Renault Clio Williams y fue leyéndole la hoja de ruta.
“Tuve la suerte de conocer a muchos grandes y entre ellos lo pude conocer a Diego Maradona. A mí me lo presenta Guillermo Coppola. Un día me suena el teléfono y era Guillermo para invitarme a almorzar con Diego. ¿Con Maradona?, le pregunte. Sí, me dijo, venite que estamos en la Posada del Qenti. Automáticamente agarré el helicóptero y aterrice en el lugar. Ahí lo conocí. Recuerdo que me pidió dar una vuelta y cuando estábamos volando lo deje solo con los comandos. Estaba feliz. No lo podía creer. Al volver yo había enviado mi equipo con el auto de Rally y salimos a girar en la previa de un mundial. José María Volta, que era mi acompañante, le explicó la hoja de ruta y salimos. La leyó bastante bien y se enloqueció”, le comentó Raies a Carburando.
.webp)
Además, agregó: “Por suerte, en los tiempos compartidos, vi a una persona normal, al ser humano con defectos y virtudes. Pero en la calle le era imposible estar y ser él. Había que entenderlo. De Maradona nunca juzgué lo personal. Cada uno hace su vida. Todos cometemos errores. Hoy se fue un grande”.
En 2008, Maradona repitió la posibilidad de subirse a un auto del Mundial del Rally. Lo hizo también en Córdoba y, nada más y nada menos, que en el auto de Sebastien Loeb que por aquel entonces era piloto del equipo Citroën. Maradona fue invitado por Citroën Argentina para subirse al Citroën C4 WRC de Loeb. El francés y Diego hicieron un recorrido de 4 kilómetros entre Villa García y Cabalango.
