Pero la Selección alemana, que en la previa al comienzo de su participación en esta copa hizo una serie de reclamos con respecto a los derechos humanos y Qatar, dio la nota antes de comenzar a disputar su partido ante Japón.
Los 11 jugadores titulares saltaron al campo de juego y luego de escuchar su himno y el de su rival, posaron para las cámaras de los cientos de fotógrafos acreditados para el partido. Ante los flashes, los 11 jugadores de campo decidieron posar tapándose la boca con su mano derecha en una clara señal de protesta.

"No se trataba de hacer una declaración política, los derechos humanos no son negociables. Eso debería darse por sentado, pero todavía no es el caso. Por eso este mensaje es tan importante para nosotros. Negarnos el brazalete es lo mismo que negarnos la voz, queríuamos usar el brazalete de nuestro capitán para defender los valores que mantenemos en la selección alemana: diversidad y respeto mutuo. Mantenemos nuestra posición", informó la Federación alemana de fútbol a través de un posteo en su cuenta de Instagram.
Tal como explicó la DFB en su posteo, esta acción llega en modo de protesta a la prohibición de usar un brazalete LGTBI.