Entrevistas

Delfina y Emilia Zolesio Fernández Blanco, jugadoras de fútbol: "Tuvimos muchas trabas, pero siempre estuvimos decididas a seguir en el fútbol"

En Marketing Registrado, dialogamos con Emilia y Delfina Zolesio Fernández Blanco, futbolistas con pasado en River y que actualmente juegan en Estados Unidos.
Delfina y Emilia Zolesio Fernández Blanco, jugadoras de fútbol: "Tuvimos muchas trabas, pero siempre estuvimos decididas a seguir en el fútbol"
Lunes 10 de Febrero de 2025
¿Cómo nació su pasión por el fútbol?

La verdad que no tenemos ni idea. Le preguntamos a nuestro papá, a nuestra hermana, nadie sabe, nos dijeron que con tres años arrancamos solas a patear una pelota. Siempre nos gustó mucho el fútbol, pero desde que arrancamos a patear una pelota solas no paramos. Pero arrancamos de la nada, teníamos tres años y desde ahí siempre estuvimos vinculadas al fútbol.

¿Cómo fueron sus primeros pasos?

Hubieron un montón de trabas. Nosotras empezamos a jugar a los tres años y ahí con mi familia íbamos siempre al Club de Amigos, que hacíamos tenis también. Claro, en ese momento no había casi chicas que jugaban al fútbol, no había escuelitas, lo primero que había era la primera división de los clubes más grandes de Argentina, por así decir. Y en el Club de Amigos nos empezamos a meter en las clases de fútbol que había ahí y eran todos nenes y nosotras dos siempre. Durante bastante tiempo fue así, todos nenes. Y nosotras dos empezamos a jugar torneos, había uno que se llamaba el Mundialito, que se hacía una vez al año y claro, fue un tema conseguir un equipo. Porque los padres decían no, no queremos a dos nenas en el equipo y ahí terminamos haciendo un equipo, un rejunte de todos los que no tenían equipo, y el primer año creo que salimos en el tercer puesto, al segundo año ganamos la copa del torneo del club de amigos y después cuando teníamos más o menos 10 o 11 años nos cambiamos a Geba por temas familiares y en Geba nos pasó más o menos lo mismo. Habían clases de fútbol los domingos y estábamos ahí con todos los nenes, y ellos jugaban el torneo interno de Geba, que era más competitivo. Y nosotras queríamos jugarlo, pero es difícil conseguir equipo. Y empezamos a jugar para un equipo ahí que no era muy bueno, pero nosotras queríamos jugar al fútbol o sea, con patear la pelota estábamos contentos y jugamos ahí uno o dos años y cuando íbamos a arrancar un torneo nuevo con un equipo nuevo, estamos por entrar a la cancha antes del partido y se acerca un hombre de la subcomisión de fútbol y dice no, las chicas no pueden entrar a la cancha y si entran a la cancha, si se sientan en el banco de suplente siquiera les sacamos los puntos al equipo, y eso nos shockeó un poco.

¿Cómo pasaron estos golpes y lograron seguir adelante?

Yo creo que la familia ahí tiene un rol muy importante, porque al ser tan chico, te tienen que llevar a entrenar, te tienen que apoyar, tienen que estar ahí con vos, o sea, no podés hacer las cosas solas que quizás ahora es más fácil manejarnos por nuestra cuenta. Mi mamá, mi hermana, nuestros amigos fueron un pilar muy importante, pero bueno yo creo que más hablando de nosotras la realidad es que el amor que le tenemos al fútbol fue más que cualquier otra cosa, que nos dijeron un millón de cosas que ni te podés imaginar. Obvio que te pone mal, pero a nosotras creo que en ese momento nos hacía más fuerte, era como: “Bueno, me decis esto, en la próxima voy a amagar a tu hijo”, ¿me entendés? como que nos impulsábamos de las cosas malas para hacernos o hacer las cosas mejor nosotras.


¿Cómo ven el fútbol femenino en Argentina?

Hay una diferencia abismal con lo que es el fútbol femenino en Estados Unidos y acá en Argentina, que está creciendo y está creciendo muchísimo. Hoy en día, no sé, el otro día estábamos en la playa y había nenitas jugando, y antes a nosotros nos miraban como si fuésemos exaterrestres, más o menos, por patear una pelota. Eso está buenísimo, está creciendo también, por ejemplo con torneitos de fútbol 5, más allá, o sea, de primera división y todo, en todo aspecto, el fútbol acá está creciendo. Y me parece que tiene un montón de potencial. Se está haciendo, pero siento que se podría hacer mucho más de parte de los dirigentes y de los clubes, o marcas, apostar al fútbol femenino, porque tiene muchísimo para dar y si bien sí está creciendo, tiene muchísimo más para dar.

¿Cómo fue su paso por River?

Nosotras ese año que no nos dejaron jugar, terminamos yendo a juicio contra Geba por no dejarnos jugar solo por el hecho de ser nenas. Mientras el juicio se estaba llevando a cabo, nosotras no podíamos quedarnos quietas y seguíamos en el club haciendo hockey. Y seguíamos yendo a ver a nuestros amigos jugar al fútbol y todos los partidos ahí. Y en los entretiempos nos poníamos a patear entre nosotras, y una vez un señor se acerca a mi mamá mientras en un entretiempo y le dijo: llévalas allá a entrenar a River que estamos tratando de formar las inferiores. Y al segundo que el señor le dice eso lo llama Diego Guacci, que era el entrenador de la primera de River en ese momento y no dio ni tiempo a pensar y le dijo: “traela a River”, y a los pocos días fuimos a River y estaba la primera división y las inferiores. Había 2 chicas y nosotras dos, o sea, esas eran las inferiores, éramos cuatro. Y estuvimos unos años ahí y después, a los 15 años ya arrancamos a entrenar con primera y estuvimos en River 7 años, hicimos futsal. En un momento hacíamos futsal, 11 y hockey. Y la verdad que nos desarrollamos muy bien, River es un club que tiene muchas herramientas, Diego Guacci la verdad que es un formador de jugadoras y personas de las que no se ven seguido. Nos encanta el club, siempre que podemos volvemos, lo seguimos desde donde estamos y estamos muy agradecidas con la oportunidad que nos dieron.


¿Cómo fue el momento de irse a Estados Unidos?

La realidad es que mi mamá, que sabía que jugábamos al fútbol, siempre nos dijo que nos pongamos las pilas con inglés, y siempre nos incitaba a que vayamos a Estados Unidos, que es el país del fútbol femenino. Nosotros decíamos: “Sí, sí, sí, después vemos”, la verdad es que nosotros estábamos muy contentas acá, jugando al hockey, al fútbol, con amigos. Y nada, la realidad es que, si bien siempre fue una opción y mi mamá siempre nos decía “háganlo, háganlo, háganlo”, nosotros estábamos muy cómodas acá y muy contentas hasta que llegó el COVID. Y cuando empezamos a entrenar por Zoom todos los días con River, con Hockey, si bien entrenábamos todos los días, no es lo mismo no poder verte las caras, o tener que hacer ejercicios en tu casa. Y ahí nos pusimos a pensar y dijimos, bueno, en Estados Unidos obviamente hay COVID también, pero tienen otro sistema, distintos protocolos y no están tan encerrados. Ahí en Estados Unidos vos vas al camp, juegas partidos y después a los 10 días te mandan ofertas de todas las universidades interesadas. Nosotras nos pusimos a ver eso, nos pusimos a investigar y un día nos pusimos a charlar y dijimos ¿y si nos vamos? porque acá iba a seguir todo igual, no nos íbamos a perder ningún partido con hockey, ningún partido con River. Dijimos, probemos, si volvemos y no nos gusta, esto va a seguir igual, no nos perdemos nada. Nuestro miedo siempre fue irnos para allá y perdamos un partido porque no era opción. Y dijimos, bueno, íbamos a ir a una universidad en Nueva York, nos pusimos a investigar todo y la universidad en Nueva York cerró por COVID, no existe más. y después nos pusimos a hablar con los entrenadores de Columbia College y después de hablar con ellos nos decidimos y a las dos semanas ya sacamos un pasaje. Pero fue una decisión rápida, de ahí en el día, arreglar todos los papeles, decidir que nos íbamos y ya sacar todo.

¿Con qué se encontraron cuando llegaron a Estados Unidos?

Ahí tenés todo. Para nosotros estamos en un mundo de películas, todo, como se ve en las películas americanas, es todo igual. O sea, estábamos en los dorms, en nuestro cuartito, está la cancha ahí, o sea, está todo el campus, tenés los edificios con las clases, la cafetería, en cuanto a los chiches, sí, un montón de ropa están los quinesiólogos que vas a atención 24-7 casi, te tratan como un profesional de primer nivel en la universidad y lo bueno es que el sistema de ahí te incita o te invita a hacer deporte y estudiar y acá en Argentina, si vos estás estudiando y estás en en un deporte de alto rendimiento, de alto nivel como que se te complica llevar las dos cosas al mismo tiempo.



¿Cuáles son sus objetivos para este 2025?

Nosotras firmamos con un club allá en Estados Unidos, en Florida, ahora para mayo, junio, julio, que es como un club de verano y después nosotras queremos seguir jugando, así que no hay nada 100%, salvo ese equipo que ya firmamos, pero no hay nada 100% confirmado. Y nada, nosotros estamos haciendo el máster en administración de empresas ahora, lo empezamos en agosto, así que lo seguimos haciendo, ahora lo estamos haciendo online, y estamos haciendo la licencia de ATFA también de técnicas, terminamos en diciembre la licencia A, y nos quedan seis meses y terminamos para tener la licencia PRO.