Las consolas de los videojuegos no se destacan por estar al alcance de todos pero hay algunas ediciones y modelos que superan cualquier expectativa. Estas son piezas únicas que están hechas con oro macizo y que generalmente son para los coleccionistas porque tienen un precio que se destaca del resto, solamente una no está hecha de oro y que posee una precio único.

En el top 5 de las consolas más caras del mundo nos encontramos con:

• Xbox One de oro: junto al mando están bañados totalmente en oro de 24 quilates y está valuada en 10 mil dólares. Este modelo se sorteó hace algunos años por Microsoft y el único requisito para participar del torneo era estar inscripto en el Xbox Game Pass y jugar sus títulos por un mes.

• Game Boy Advance SP de oro: es una consola portátil que nunca estuvo a la venta. Se cree que tiene un valor de 10 mil dólares. Según el diario Olé las investigaciones sobre el origen de la misma dieron a callejones sin salida porque existe un usuario español que confiesa que tiene una y le aseguraron que es real porque la publicó en una tienda de compra y venta de oro.

• Nintendo Wii Supreme: es la más exclusiva y cara hasta el momento de Nintendo. Cada una de sus piezas está hecha de lingote de 2.500 gramos de oro sólido de 22 quilates. Uno de estos modelos fue obsequiado a la reina de Inglaterra en el 2009. Actualmente quedan 3 unidades y están tasadas a 300 mil dólares.

• PlayStation 5 de oro: la compañía rusa, Caviar, creará esta consola con el nombre de Golden Rock. Tendrá 20 kilos de oro de 18 quilates repartidos entre 2 mandos (solo poseerán oro en el touchpad y el resto estará protegido con piel de cocodrilo negra) y la consola. El precio estimado será de 900 mil euros.

• Nintendo PlayStation: es un prototipo que no posee oro que desarrolló Sony para Nintendo antes de la primera PlayStation a principio de los ’90. Se fabricaron 200 modelos de la Nintendo Playstation y todos fueron destruidos menos este. Este prototipo único cayó de forma casual en manos de Terry Diebold hace unos años, dentro de un lote en una subasta a ciegas. El nuevo dueño había recibido una oferta de 1.2 millones de dólares por el aparato, pero decidió rechazar la oferta y ponerlo en una subasta para poder conseguir más dinero. Una muy mala decisión por parte de Diebold, ya que la consola llegó a venderse solamente por 360 mil dólares.