El torneo estadounidense, que cierra el calendario de Grand Slams cada año, reveló una decisión histórica para su próxima edición. A partir del 24 de agosto, cuando arranque el cuadro principal, el US Open distribuirá la bolsa de premios más elevada jamás vista en el tenis profesional. Con un total de 90 millones de dólares destinados a compensar a los participantes, este certamen se convierte en el pionero del deporte blanco en alcanzar semejante cifra, representando un incremento del 20% respecto a los 75 millones otorgados en 2024.

Los monarcas del singles masculino y femenino en Flushing Meadows se llevarán cada uno la suma de cinco millones de dólares, marcando un salto del 39% comparado con los 3,6 millones que cobraron los anteriores vencedores. Este monto supera cualquier premio individual entregado previamente en la historia tenística, estableciendo un nuevo estándar para el deporte de las raquetas a nivel mundial.


Esta decisión no surge de manera aislada, sino que coincide con las negociaciones que mantienen las principales figuras del circuito con las organizaciones de los cuatro majors. En marzo anterior, veinte destacados jugadores, incluyendo a Novak Djokovic, Coco Gauff, Aryna Sabalenka y Jannik Sinner, firmaron una misiva dirigida a los responsables de estos torneos, exigiendo mejores retribuciones y mayor participación en las resoluciones que impactan directamente en sus carreras profesionales.

La organización neoyorquina implementará incrementos porcentuales en cada etapa del torneo. Los subcampeones percibirán 2,5 millones (39% más), mientras que los semifinalistas obtendrán 1,26 millones (26% adicional). Los cuartofinalistas recibirán 660.000 dólares (25% extra) y quienes lleguen a octavos embolsarán 400.000 dólares (23% superior). Incluso participar en la ronda inicial garantiza 110.000 dólares por jugador, y las competencias de dobles experimentarán alzas del 23%, con las fases clasificatorias alcanzando los ocho millones totales.