Y es que, debido a su gran altura (2,15), Kimérov había acordado con otro pasajero el cambio de asiento, con el objetivo de que entren sus piernas, siendo reconocido por la tripulación del vuelo que lo acusó de violar normas de la aerolínea, provocando un altercado que obligó la presencia policial en el lugar.
Por su parte, la aerolínea justificó su rigidez afirmando que, “Somos una compañía de bajo coste y vendemos billetes muy baratos, por lo que nuestras ganancias son por los servicios complementarios. Si todos nuestros pasajeros se cambian de asiento, esos servicios no tendrán sentido”, antes de agregar que iniciarán acciones legales en contra del deportista por el retraso del vuelo.