El Abierto de Australia 2021, que tuvo como campeones a Novak Djokovic y Naomi Osaka, pudo celebrarse pese a la pandemia del coronavirus. Claro está que las condiciones no fueron las habituales, ya que desde la organización se llevaron a cabo estrictos protocolos sanitarios para evitar la propagación del virus.

Esto le trajo consecuencias económicas graves al evento. El propio presidente, Craig Tiley, anunció que la organización estima unas pérdidas de 64.9 millones de euros reconoció que llevará tiempo recuperarse. Las principales causas de esta cifra fueron: las limitaciones del público, los gastos de transporte y las medidas de cuarentena.

Ante este panorama, la solución que encontraron fue pedir un préstamo ya que agotarán la reserva de 51.9 millones de euros. El mismo rondará entre 26 millones y 39 millones de euros.

Pese a estos datos, Tiley declaró: “Estamos orgullosos de haber organizado este torneo, necesitábamos hacerlo para seguir construyendo de cara al 2022 y hemos demostrado al mundo que se pueden hacer eventos internacionales. Pero no va a ser fácil ver cómo perdemos millones de dólares".

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