Viernes 22 de Mayo de 2020
Al fútbol uruguayo podrían retornar dos equipos que formaron parte de su historia hace muy poco tiempo. El Tanque Sisley y Miramar Misiones buscan volver a competir, tras haber tocado fondo. La vuelta es complicada, pero es un camino que vuelve más fuerte a cualquier institución.
El primero de los dos clubes tocó fondo a principios de 2018, cuando no pudo afrontar las deudas que arrastraba desde la temporada 2017. Tras no poder cumplir con los pagos, no se presentó a disputar el Campeonato Uruguayo.
En el caso de Miramar Misiones, en 2018 el equipo había perdido la categoría en la Segunda División y en 2019, al no poder afrontar las deudas, no compitió. Sumado a esto, hace dos meses la Intendencia de Montevideo desalojó al club del predio municipal donde se encontraba la sede social.
Pero el presente parece ser distinto para ambos equipos, tal como lo confirmó el presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol, Ignacio Alonso, en una entrevista radial. Ambos equipos quieren volver a jugar el campeonato de la Primera División Amateur, tras solucionar los problemas económicos con los jugadores a los que les adeudan.
Miramar Misiones no se presentó en 2019 a jugar en la exdivisional C porque los jugadores reclamaron una deuda de 119.676 dólares, mientras que el caso de El Tanque Sisley es más grave. Su deuda asciende a los 770.283 dólares.
En el caso de Miramar Misiones, a los jugadores se les presentó una oferta que estos rechazaron, antes de que el fútbol se paralizara por la pandemia del coronavirus. Según confirmó uno de los jugadores a Referí, el club les ofreció entre 20 y 25 mil dólares para repartir entre todos y refinanciar el resto en cuotas.
Sin embargo, en diciembre de 2019, el club tuvo elecciones y el nuevo presidente confirmó que el fútbol profesional no es una prioridad ahora para la institución, como si lo es el fútbol formativo.
“Para el equipo principal solo si aparece algún grupo inversor o algún gerenciamiento se podría volver a jugar. Tuvimos algunas conversaciones pero después vino la pandemia. Este es un club simpático, la hinchada no arma lío y tiene una ubicación privilegiada”, le dijo el nuevo presidente, Alfredo Ottonello a Referí.
Gracias a los socios e hinchas, en el último tiempo se llevaron a cabo algunas reformas en el estadio, como la colocación de tejidos, pintura y ampliaciones en los vestuarios. Incluso la cancha fue resembrada. Hoy en día el pasivo del club es de 1.8 millones de dólares.
En el caso de El Tanque Sisley, al no poder afrontar la deudas que tenía en la temporada 2018, el club perdió la categoría, dejando a la primera división del Uruguay con un equipo menos, en plena competencia.
El club le debía 386.000 dólares a sus jugadores y ante una propuesta de 100.000 dólares para repartir entre los futbolistas del plantel, los jugadores no aceptaron y el equipo se fue automáticamente al descenso.
Tras una temporada, el pasivo con los jugadores aumentó a 770.283 dólares. ¿Qué fue lo que pasó? Al acercarse los jugadores a la Mutual para interiorizarse en la situación, al club le saltaron deudas viejas, entre premios y sueldos a jugadores que no lograron conseguir equipo durante 2018. Además, como si fuera poco, los intereses.
El club quiere volver y para eso buscará fondos para poder hacerle una oferta colectiva a los jugadores, refinanciando el resto. Para que eso ocurra, todos los jugadores le deberán dar el visto bueno. Si un jugador se niega a aceptar las medidas que presente el club, la institución quedará impedida de jugar.
Fuente: Referí
El primero de los dos clubes tocó fondo a principios de 2018, cuando no pudo afrontar las deudas que arrastraba desde la temporada 2017. Tras no poder cumplir con los pagos, no se presentó a disputar el Campeonato Uruguayo.
En el caso de Miramar Misiones, en 2018 el equipo había perdido la categoría en la Segunda División y en 2019, al no poder afrontar las deudas, no compitió. Sumado a esto, hace dos meses la Intendencia de Montevideo desalojó al club del predio municipal donde se encontraba la sede social.
Pero el presente parece ser distinto para ambos equipos, tal como lo confirmó el presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol, Ignacio Alonso, en una entrevista radial. Ambos equipos quieren volver a jugar el campeonato de la Primera División Amateur, tras solucionar los problemas económicos con los jugadores a los que les adeudan.
Miramar Misiones no se presentó en 2019 a jugar en la exdivisional C porque los jugadores reclamaron una deuda de 119.676 dólares, mientras que el caso de El Tanque Sisley es más grave. Su deuda asciende a los 770.283 dólares.
En el caso de Miramar Misiones, a los jugadores se les presentó una oferta que estos rechazaron, antes de que el fútbol se paralizara por la pandemia del coronavirus. Según confirmó uno de los jugadores a Referí, el club les ofreció entre 20 y 25 mil dólares para repartir entre todos y refinanciar el resto en cuotas.
Sin embargo, en diciembre de 2019, el club tuvo elecciones y el nuevo presidente confirmó que el fútbol profesional no es una prioridad ahora para la institución, como si lo es el fútbol formativo.
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Gracias a los socios e hinchas, en el último tiempo se llevaron a cabo algunas reformas en el estadio, como la colocación de tejidos, pintura y ampliaciones en los vestuarios. Incluso la cancha fue resembrada. Hoy en día el pasivo del club es de 1.8 millones de dólares.
En el caso de El Tanque Sisley, al no poder afrontar la deudas que tenía en la temporada 2018, el club perdió la categoría, dejando a la primera división del Uruguay con un equipo menos, en plena competencia.
El club le debía 386.000 dólares a sus jugadores y ante una propuesta de 100.000 dólares para repartir entre los futbolistas del plantel, los jugadores no aceptaron y el equipo se fue automáticamente al descenso.
Tras una temporada, el pasivo con los jugadores aumentó a 770.283 dólares. ¿Qué fue lo que pasó? Al acercarse los jugadores a la Mutual para interiorizarse en la situación, al club le saltaron deudas viejas, entre premios y sueldos a jugadores que no lograron conseguir equipo durante 2018. Además, como si fuera poco, los intereses.
El club quiere volver y para eso buscará fondos para poder hacerle una oferta colectiva a los jugadores, refinanciando el resto. Para que eso ocurra, todos los jugadores le deberán dar el visto bueno. Si un jugador se niega a aceptar las medidas que presente el club, la institución quedará impedida de jugar.
Fuente: Referí