
Con el objetivo de inmortalizar los títulos obtenidos, las federaciones comenzaron a utilizar estrellas en sus insignias un tanto después de los clubes, pero el primero en realizarlo fue Brasil con la Copa del Mundo 1974 en Alemania Federal, donde lució las 3 estrellas de las victorias en 1958, 1962 y 1970.




Décadas más tarde fue Francia en 2002 cuando se sumó a la tradición para luego ser seguida por Argentina e Inglaterra en 2006 y España en 2010 tras derrotar a Países Bajos en la final y lograr su única Copa del Mundo y empezar a utilizar su insignia en la siguiente Copa del Mundo, donde quedaron eliminados en fase de grupos.
