Sábado 18 de Mayo de 2024
En un mes y medio, Kylian Mbappé dirá adiós al Paris Saint-Germain. El francés decidió no renovar un contrato que en un principio se dijo que expiraba en 2025, pero que tenía una cláusula para la prórroga del último año que el delantero no ejecutó. Mbappé deja París, la Ligue 1 y un proyecto, financiado por Qatar, en el que lo tenía todo para ser el líder de un equipo de época.
La mejoría no se reflejó en resultados, ya que, con uno de los mayores presupuestos de Europa, el PSG sólo pudo alcanzar una final de Champions. Así, la era post Mbappé del PSG se presenta como reto doble para la entidad, atrapada en una liga francesa cuyo negocio audiovisual va en retroceso y eso le impide competir en igualdad de condiciones con el resto de colosos europeos.
El PSG se nutre principalmente de patrocinios ligados a su máximo accionista, como el main sponsor de Qatar Airways, que paga entre 60 millones y 70 millones de euros por temporada por lucir en el frente de la camiseta. En la última temporada, el club facturó 372,8 millones por los ingresos de los patrocinios qataríes, un 21% menos que en 2021-2022, cuando llegó Lionel Messi a la capital francesa.
Las otras dos grandes partes del negocio, la televisión y los ingresos del estadio, han crecido en estos años, aunque a menor ritmo que el área comercial. La venta de derechos audiovisuales se situaba sobre los 130 millones de euros en 2017; seis años después, alcanzó los 165 millones, un 29% más interanual. Sólo un año, sin embargo, facturó más de 200 millones (2020-2021), una cifra que sus principales rivales en Champions League superan año tras año. Por su parte, el negocio ligado a la venta de entradas, ha crecido en unos 20 millones en este periodo. Es un crecimiento del 43%, pero insuficiente para los planes de Al-Khelaifi, quien desde hace tiempo viene ideando reformas o incluso un cambio de estadio para poder sumar mayores ingresos por esta vía. Por poner en perspectiva, el Tottenham factura ya más de 135 millones de euros con su estadio, uno de los más modernos del planeta.
La subida de ingresos comerciales por ventas de camisetas se impulsó con Mbappé pero también mucho con Neymar. Alcanzó techo con los 473,2 millones de 2021-2022, un 30% más que cuando llegó Mbappé, pero no compensó la inversión realizada por el brasileño y por el proyecto que lideró.
Sólo en gasto de personal el club francés pasó de 277,1 millones a 338 millones en la primera temporada de Neymar en París, y alcanzó los 729 millones en 2021-2022. Es decir, creció un 22% de arranque y más que se duplicó en estos siete años. En la pasada temporada, el club consiguió rebajar en casi cien millones este gasto, hasta 621,2 millones.
Según el portal Transfermarkt, el vigente campeón de la Ligue 1 ha gastado 1.349 millones en fichajes desde 2017 hasta 2024. Y el segundo más caro fue el de Mbappé: 180 millones. Casualmente, y como posible arranque de esta nueva era sin Mbappé, la mayor inversión en una temporada fue en la temporada actual, en la que el conjunto entrenado por Luis Enrique invirtió 454,5 millones en nuevos jugadores. Este gasto en 2023-2024 es un 22% inferior al total del beneficio que obtuvo por ventas de jugadores en la era Mbappé: 340,5 millones. Es menos que la suma de su fichaje y el de Neymar.
La mejoría no se reflejó en resultados, ya que, con uno de los mayores presupuestos de Europa, el PSG sólo pudo alcanzar una final de Champions. Así, la era post Mbappé del PSG se presenta como reto doble para la entidad, atrapada en una liga francesa cuyo negocio audiovisual va en retroceso y eso le impide competir en igualdad de condiciones con el resto de colosos europeos.
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El PSG se nutre principalmente de patrocinios ligados a su máximo accionista, como el main sponsor de Qatar Airways, que paga entre 60 millones y 70 millones de euros por temporada por lucir en el frente de la camiseta. En la última temporada, el club facturó 372,8 millones por los ingresos de los patrocinios qataríes, un 21% menos que en 2021-2022, cuando llegó Lionel Messi a la capital francesa.
Las otras dos grandes partes del negocio, la televisión y los ingresos del estadio, han crecido en estos años, aunque a menor ritmo que el área comercial. La venta de derechos audiovisuales se situaba sobre los 130 millones de euros en 2017; seis años después, alcanzó los 165 millones, un 29% más interanual. Sólo un año, sin embargo, facturó más de 200 millones (2020-2021), una cifra que sus principales rivales en Champions League superan año tras año. Por su parte, el negocio ligado a la venta de entradas, ha crecido en unos 20 millones en este periodo. Es un crecimiento del 43%, pero insuficiente para los planes de Al-Khelaifi, quien desde hace tiempo viene ideando reformas o incluso un cambio de estadio para poder sumar mayores ingresos por esta vía. Por poner en perspectiva, el Tottenham factura ya más de 135 millones de euros con su estadio, uno de los más modernos del planeta.
La subida de ingresos comerciales por ventas de camisetas se impulsó con Mbappé pero también mucho con Neymar. Alcanzó techo con los 473,2 millones de 2021-2022, un 30% más que cuando llegó Mbappé, pero no compensó la inversión realizada por el brasileño y por el proyecto que lideró.
Sólo en gasto de personal el club francés pasó de 277,1 millones a 338 millones en la primera temporada de Neymar en París, y alcanzó los 729 millones en 2021-2022. Es decir, creció un 22% de arranque y más que se duplicó en estos siete años. En la pasada temporada, el club consiguió rebajar en casi cien millones este gasto, hasta 621,2 millones.
Según el portal Transfermarkt, el vigente campeón de la Ligue 1 ha gastado 1.349 millones en fichajes desde 2017 hasta 2024. Y el segundo más caro fue el de Mbappé: 180 millones. Casualmente, y como posible arranque de esta nueva era sin Mbappé, la mayor inversión en una temporada fue en la temporada actual, en la que el conjunto entrenado por Luis Enrique invirtió 454,5 millones en nuevos jugadores. Este gasto en 2023-2024 es un 22% inferior al total del beneficio que obtuvo por ventas de jugadores en la era Mbappé: 340,5 millones. Es menos que la suma de su fichaje y el de Neymar.