La NFL mantiene su trono como la liga más lucrativa del deporte mundial, y sus figuras lo reflejan en sus cuentas bancarias. Esta temporada, los 20 jugadores mejor pagados sumaron más de 1.000 millones de dólares entre salarios y patrocinios, pese a una caída del 10% frente al curso anterior, según Sportico. El descenso obedece a reestructuraciones contractuales que todavía no muestran todo su impacto.
Patrick Mahomes volvió a la cima con ingresos totales de 80 millones de dólares, impulsados por sus alianzas con adidas, State Farm, T-Mobile, Oakley y Coors Light, entre otras. Además, el mariscal de campo de los Chiefs es la cara más visible en televisión, apareciendo más de 400 veces en comerciales durante la temporada.

Travis Kelce, compañero de Mahomes en Kansas City, se consolidó como el rey de los patrocinios con 32 millones de dólares generados fuera del campo, a los que se suman 17,3 millones de salario. Su impacto mediático se amplificó con su relación con Taylor Swift y el éxito de su podcast junto a Jason Kelce, que cerró un contrato de producción de 100 millones de dólares con Amazon.
El top ten lo completan nombres como Josh Allen (73 millones), Justin Herbert (71 millones), Dak Prescott (58 millones) y Tua Tagovailoa (54,5 millones). Aunque el 83% de las ganancias provino de acuerdos comerciales y no de sueldos directos, la NFL confirma que sus estrellas son marcas globales por sí mismas, capaces de trascender la cancha y dominar también la industria del entretenimiento.
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