Tanto la NBA como el resto de las ligas más importantes del deporte estadounidense, NHL, NFL y MBL, han sido a lo largo de la historia un tanto conservadoras en lo que respecta a patrocinios. Con el objetivo de siempre priorizar los colores y los logos de las franquicias, no fue hasta hace pocos años que la liga de básquet aprobó los acuerdos comerciales con patrocinadores para las equipaciones de los equipos, algo a lo que también se sumó la liga de hockey sobre hielo este año.

Tras ser debatido durante todo el último año, finalmente luego de una reunión entre propietarios de diferentes equipos de la NBA, se liberó el veto a los acuerdos de patrocinio en la indumentaria de entrenamiento. Dichos contratos deben ser aprobados por la entidad de la liga y serán efectivos a partir de 2022.



Este acuerdo cubre la ropa en días de entrenamiento, como también los uniformes de calentamiento pre partido y el que llevan los jugadores en el banco de suplentes, no así en los titulares.

En 2017 se aceptó también la entrada de marcas a las camisetas oficiales, medida que impacto económicamente en la liga de manera muy positiva: Golden State Warriors y Rakuten, Philadelphia 76ers con Crypto.com, Denver Nuggets con Western Union y Cleveland Cavaliers con Goodyear son algunos de los acuerdos actuales más importantes, todos rondando una cifra de 20 millones de dólares.

En el fútbol ya hace mucho tiempo que los mejores equipos de Europa cuentan con patrocinios para entrenamiento y partidos por separado. En el caso del Chelsea con Trivago y Three respectivamente, y el Atlético Madrid con Capital Energy y Plus 500.