Serge Gnabry fue una de las piezas claves en la victoria del Bayern Múnich ante el Olympique de Lyon, por la semifinal de la Champions League. El extremo alemán, pero con orígenes africanos, fue el autor de los primeros 2 goles del partido. Además, en la goleada ante el Barcelona anotó uno más.

Su historia es muy particular, y el amor tiene mucho que ver en ella. Su padre, Jean Hermann, nació en Costa de Marfil, pero sus ganas de aprender alemán, para luego volver a África y enseñarlo, lo hicieron viajar hasta aquel país. En el medio conoció a Birgit, de la cual se enamoró y con la que tuvo un hijo.

Gnabry creció mirando atletismo en la tele y soñando con convertirse en un atleta de alto nivel. Su objetivo era participar de un Juego Olímpico, como su ídolo, Usain Bolt. Al mismo tiempo jugaba al fútbol en las divisiones juveniles de un equipo hasta que el Arsenal se fijó en él y lo sumó a sus filas.

Sus rendimientos pocos regulares y una serie de lesiones en sus rodillas no le permitieron brillar de la mano de Arsene Wenger y pasó a jugar al West Bromwich Albion, donde tampoco llegó a jugar todo lo que quería.

Con un paso por la Premier League menos brillante de lo que soñaba, Gnabry volvió a la Bundesliga para jugar en el Werder Bremen y el Hoffenheim. Tras grandes actuaciones en ambos equipos, el Bayern Múnich se fijó en él y a cambio de 10 millones de euros, lo sumó.

En estos dos años que hace que está en el equipo bávaro primero comenzó como suplente y luego se fue ganando su lugar en el equipo titular. En la actual temporada de la Champions League lleva anotados 9 goles en la misma cantidad de partidos. Además, rompió un récord al transformarse en el jugador con más goles anotados en la historia del torneo sin que ni uno solo de ellos haya sido marcado como local. De los 9 goles, 6 fueron en Londres (4 al Tottenham y 2 al Chelsea) y 3 fueron en Lisboa (1 al Barcelona y 2 al Lyon).

Fuente: TyC Sports