El acuerdo por cuatro temporadas y 2,7 millones de euros de por medio que firmó New Balance con Marouane Fellaini seis meses atrás, no solo habría llegado a su fin estrepitosamente, sino que también habría incluido una demanda del jugador para con la marca, acusándola de ser la responsable de sus últimas lesiones.
Tal y como describe el belga una vez iniciado el proceso judicial, los botines por los cuales le pagaban para usarlos, dañaban su pie y afectaban su pisada, siendo un impedimento considerable a la hora de desempeñarse dentro del campo de juego.
Entre varios de los puntos que recorrió el belga en su demanda legal, solicitó a la marca pagarle los 2,3 millones que corresponden al resto del contrato y alegó que el calzado que se le impuso para utilizar provocó que “perdiera el trabajo e impactara en el rendimiento”.
El mismo utilero del Manchester United afirma haber tenido que coser los botines para después estirar el cuero y hacer posible su uso por parte del mediocampista.