Entramos en la segunda y definitoria semana del torneo más relevante del circuito a nivel económico. Por eso, el objetivo será analizar los números que están detrás de semejante evento. Ahora, la composición de esa facturación es bastante distinta a la de Wimbledon. Mientras que la catedral del tenis genera más de la mitad de sus ingresos por los derechos de televisación, el US Open genera el 35% por la venta de entradas, el 34% por sponsors y concesiones, y solo el restante 29% por derechos de televisación.

En 2022, a lo largo de las dos semanas del evento asistieron unas 776.120 personas. Esto es un 50% más que Wimbledon. Por esta razón es el segmento de ingresos más relevante del torneo. También hay una diferencia fuerte en términos de sponsors con el icónico torneo sobre césped. Mientras que Wimbledon tiene pocos sponsors y son históricos, el US Open monetiza mucho más el evento mediante esta vía, alcanzando un total de 24 marcas.


Mientras que Wimbledon genera unos 230 millones, el US Open lo hace por sólo 143 millones. ¿A qué se debe esta diferencia? Un poco tiene que ver con que Wimbledon vende muy bien sus derechos comerciales fuera del país local (Inglaterra), mientras que el US Open genera la mayor parte por la venta en su país.

Pero también hay un punto importante relacionado a la longitud de los contratos de televisación. El evento estadounidense tiene vigente un acuerdo con ESPN que firmó en 2015 y va hasta 2026. Por él, recibe 75 millones de dólares. Y, si bien le dio estabilidad a lo largo de los años (en 2015 era una suma muy relevante, representando cerca del 25% de lo que facturaba todo el torneo), también le impidió ajustar hacia arriba ese valor gracias al aumento en la audiencia. Es por eso que, actualmente, en los últimos años de contrato el valor está por debajo de lo que consiguió Wimbledon y de lo que podría recibir el mismo torneo si se ajustara a los niveles actuales. Por lo tanto, cuando se renegocie el acuerdo en 2026 deberíamos ver un salto importante en la facturación por este segmento.

También en esta línea, y más en general, es increíble la relevancia de los deportistas locales para el éxito de un evento deportivo. En 2022, los cinco partidos más vistos del US Open tuvieron a un estadounidense como participante. Sorprendentemente, el partido de octavos de final entre Tiafoe y Nadal tuvo más audiencia (2.4 millones) que la final entre Alcaraz y Ruud (2.2 millones).
Y esto se replica en todos los deportes. La Fórmula 1 declara expresamente en sus resultados financieros que promueve que los equipos contraten pilotos de países que representan mercados clave, como China (Guanyu Zhou) y Estados Unidos (Logan Sargeant).

El desarrollo y participación de buenos jugadores locales es central para el éxito económico de los eventos que se realicen en el país. Es un círculo virtuoso que genera más visualización, lo que lleva a más facturación y más gente practicando el deporte, lo que aumenta la probabilidad de generar buenos jugadores y el ciclo se repite.

Y lo interesante del US Open es que está en manos de la asociación de tenis nacional, que es una organización sin fines de lucro. Esto implica que gran parte de lo que ingresa por el evento se destina al desarrollo del deporte.

Volvamos a los números del torneo. Este año, la competencia reparte 65 millones de dólares en premios a los jugadores. Esto representa un aumento del 8% con respecto al año anterior. La ganancia de cada ronda:

• Campeón: 3 millones.
• Subcampeón: 1.5 millones.
• Semifinal: 775 mil dólares.
• Cuartos de final: 455 mil dólares.
• Octavos de final: 284 mil dólares.
• Tercera ronda: 191 mil dólares.
• Segunda ronda: 123 mil dólares.
• Primera ronda: 81.500 dólares.

Por otro lado, los niveles de gasto de la competencia, que incluye principalmente poner todo el evento en marcha y fondear los premios de los jugadores, alcanzan los 306 millones de dólares. Por lo tanto, si facturan 472 millones, estamos hablando de un margen operativo cercano al 35%. Nada despreciable.


Fuente: El Negocio Del Deporte.